El trabajo de traducción y el encanto de la cultura judía
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La carrera de prolífico (y solicitado) traductor multilingüe de padre Arce comienza en 1922, según declarado con orgullo en su nota autógrafa al inicio del volumen, con la publicación de la traducción al español de Siate allegri! Il seráfico poverello e la gioia della vita de padre Vittorino Facchinetti. En esta actividad, un lugar especial, se debe asignar al estudio del hebreo. De hecho, el padre no sólo traduce, comenta y estudia la poesía del Antiguo Testamento en Cánticos de Sion traducidos del hebreo, anotados y precedidos de un estudio sobre la poesía hebrea, sino que también muestra interés por el descubrimiento de los primeros rollos de Qumrán (1949) o por la descripción de manuscritos hebreos en Códices hebreos y judaicos en la Biblioteca Universitaria de Valladolid (1958).
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Si en el artículo Espionaje y última aventura de José Nasi (1569-1574) estudia una figura emblemática como Giuseppe Nasi, movido por el deseo de utilizar el idioma hebreo como herramienta de comunicación científica, el padre escribe Restricciones impuestas a los judíos en Jerusalén (1534) y El sepulcro de David en un texto de Benjamín de Tudela (1169), publicados en la revista "Sefarad" respectivamente en 1957 y 1963. En estos artículos el encuentro entre lengua, historia y arqueología de la civilización judía y fuentes árabes o cristianas medievales se relaciona con la inclinación de padre Arce a mezclar las culturas judía y cristiana, como ya había hecho en el artículo No "komer" sino "kohen" (1947), en el que expresa su opinión sobre la controversia sobre la palabra hebrea correcta para "sacerdote cristiano", o El "Si quaeris miracula" en hebreo, donde el padre realiza una operación incluso inversa a la de los Cánticos: traducir del latín al hebreo, como ayuda para los hebraístas principiantes, del Responsorio de san Buenaventura en honor a San Antonio de Padua.