Así me gusta! Así me gusta! padre Arce y Jerusalén
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Pequeño hombre habitudinario y sobrio, custodio y silencioso defensor de la historia de la Ciudad Santa, padre Arce, en la entrevista realizada al cumplir los cien años (1984), se declara muy orgulloso de su trabajo y de la perseverancia en los estudios, a pesar de la venerable edad alcanzada. En este contexto recuerda su amor por Tierra Santa y Jerusalén, nacido en Perú y madurado durante los sesenta y dos años pasados en Oriente Medio.
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Este sentimiento no se limita a la atención hacia el pasado y el presente, sino que es un profundo vínculo humano y emocional, casi pictóricamente restituido por la memoria del obispo franciscano Rodolfo Cetoloni. El actual obispo de Grosseto cuenta que, después de casi cincuenta y un años en Tierra Santa, padre Arce, ante la ciudad completamente cubierta de nieve, no pudo contener una alegría casi infantil: depuestos los hábitos del serio académico, el anciano fraile se concede un salto de alegría, y tarareando la melodía Así me gusta! Así me gusta!, renueva el voto de amor a su Jerusalén.